Necesidades indispensables de las Orquídeas

Con las orquídeas pasa lo mismo que con todas las plantas, debemos informarnos acerca de su hábitat para saber si podemos darle, en nuestro hogar, las condiciones necesarias para un buen crecimiento y desarrollo.
La mayoría de las veces, aquellas orquídeas que son muy caras, y muy lindas también, es porque su cultivo no es nada sencillo.
Por eso, cuando uno es principiante en el tema orquídeas, conviene adquirir aquellas orquídeas más rústicas que seguramente nos darán resultado y su mantenimiento será menos complicado.
Hoy vamos a ver qué es indispensable para las orquídeas y cómo podemos mejorar sus condiciones de cultivo.
La ventilación y la temperatura
Las orquídeas cultivadas al aire libre, reciben los beneficios del medio ambiente pero también están expuestas a los inconvenientes que el clima puede ocasionarles.
En realidad, la mayoría de las orquídeas se adaptan muy bien al espacio donde uno elige cultivarlas. Pero hay que protegerlas de las temperaturas muy bajas y de las heladas. Para esto se pueden cubrir por las noches con alguna tela resistente o ubicarlas en un lugar resguardadas de los vientos, pero siempre deben estar en espacios ventilados. Los ambientes cerrados propician la aparición de hongos que son caldo de cultivo para bacterias.
Algunas especies de orquídeas toleran el frío más que otras, como las Cymbidium, Bletilla Striata, Dendrobium Kinggianum y sus híbridos, etc.
Y las que menos soportan las bajas temperaturas son; Epidendrum, Paphiopedilum verde, Phalaenopsis, etc.

Hay orquídeas que en invierno, a pesar del frío florecen. Es que lo que determina una buena floración en las orquídeas, es la amplitud térmica entre el día y la noche.
Pero cuidado que el calor excesivo tampoco es bueno. Lo ideal es tener las orquídeas resguardadas entre otras plantas para que le den sombra y así protegerlas del calor y del sol directo. Si la temperatura es alta y hace mucho calor, conviene para refrescar el ambiente, mojar las paredes y el piso al caer la tarde.
La luz
Como siempre digo observar nuestras plantas y notar sus cambios es la mejor manera de saber si algún problema las está afectando.
Como en todo el reino vegetal, existen especies de orquídeas que necesitan más luz que otras. Las orquídeas de hojas delgadas y de color verde claro, por lo general provienen de lugares que reciben muchas horas de sol.
Y aquellas orquídeas con hojas más gruesas y de un intenso verde, sucede todo lo contrario. Esto se debe a que en su hábitat no reciben muchas horas de sol o bien se desarrollan a la sombra de otras plantas.
Lo más importante con respecto a la luz es el equilibrio, es decir, ni mucho ni poco. Otorgarles la luz necesaria para que puedan realizar la fotosíntesis, pero sin quemarlas exponiéndolas al sol directo.
El riego
Las orquídeas, necesitan un cierto nivel de humedad para poder asimilar sus nutrientes y hacerse más fuertes.
Por eso cuando están expuestas a corrientes de aire seco, a temperaturas muy altas y humedad baja, hay que regarlas más seguido. Si sucede todo lo contrario con el clima del lugar, el riego de las orquídeas será reducido.
Siempre conviene regarlas, sobretodo en invierno, por la mañana. Es que las orquídeas soportan menos las bajas temperaturas con las raíces húmedas.
Es muy importante saber que es difícil que una orquídea muera por falta de agua, ya que tienen muchas reservas. Pero regarlas más de lo debido, puede terminar con ellas en pocos días.
Cada vez aprendemos un poquito más sobre estas sofisticadas y hermosas plantas. Todo sea por conocer sus necesidades y favorecer lo más su posible su buen crecimiento y desarrollo. Porque no hay mejor satisfacción que ver nuestras orquídeas vigorosas y florecidas, es todo un orgullo…